Artesanos de Colchagua trabajan para vincularse con el enoturismo

11La Provincia de Colchagua, ya es reconocida por sus valles vitivinícolas, como un nuevo destino turístico, destacando con ofertas irresistibles que agrupan atractivos relevantes para los visitantes, como Viñas, reconocidas a nivel internacional, lugares de paisajes idílicos, exploración, artesanía, patrimonio y una oferta  gastronómica imposibles de despreciar.

El Proyecto Nodo Artesanía es apoyado por CORFO y agenciado a través Copeval Desarrolla, durante un año, 35 empresarios recibirán capacitaciones, charlas con destacados profesionales y nuevas herramientas para potenciar su arte como: Taller de trabajo en red, Taller de diseño de productos artesanales, mercado y definición de precios, asesoría individual para el mejoramiento del producto, asesoría individual para packaging y relato de la pieza, entre otros.

El Nodo Artesanía, que está recién comenzando, se han realizado los diagnósticos a los artesanos, con los cuales buscarán mejorar sus productos e incorporar nuevos.  Andrés Lorca, Director Regional de CORFO O’Higgins precisó la importancia de apoyar la conservación del patrimonio artesanal, “para nosotros en CORFO es fundamental el apoyo a los artesanos a través de charlas dictadas por profesionales destacados, para así potenciar sus negocios. Además sin duda este Nodo Artesanía potenciará el turismo en la región de O´Higgins y es un gran apoyo para los artesanos de la Provincia de Colchagua”.

El enoturismo es conocido como un turismo de exploración, con un fuerte componente cultural y gastronómico y que hoy se abre al mundo y donde Colchagua tiene todos los componentes para desarrollarlo.

Pero para que esta zona tenga todas las herramientas necesarias para potenciarse, faltaba sólo el trabajo con los artesanos. Promover la articulación comercial de la oferta artesanal del Valle de Colchagua, a través del mejoramiento del producto y el rescate de su identidad, cultura, materiales e historia, con el fin de vincularse con la cadena de valor del enoturismo en el Valle.

Sobre el trabajo que se desarrollará con los artesanos, Gustavo Salinas Coordinador Técnico del Nodo, nos comentó los detalles, “estamos trabajando con 35 personas que tienen como objetivo el articular la oferta actual del valle de Colchagua y vincularlo con el enoturismo de la zona. Esto lo hacemos gracias al recate de la identidad, la cultura, el tipo de materiales empleados, la historia, pero ofreciendo un producto bastante competitivo”.

Durante un año, empresarios de las comunas de Marchigue, Paredones y Chimbarongo se capacitarán gracias al Nodo Artesanía, generándose una red colaborativa de la oferta artesanal, pero lo más importante es el rescate del patrimonio cultural artesanal, con innovaciones y valor agregado que los distinga y mantenga la raíz de los ancestros de la zona.

Este trabajo será posible gracias a profesionales de primer nivel, los que enfrentarán temas como: diseño, producción, gestión y comercialización de los artesanos; articulación de esta oferta artesanal con las viñas y los principales servicios de alojamiento, restaurantes, entre otros.

Artesanos participantes

Los artesanos y artesanas participantes y beneficiarios del NODO pertenecen a las comunas de Marchigue, Paredones y Chimbarongo. Este grupo lo conforman 13 mujeres y 22 hombres que en su gran mayoría, están sobre los 40 años y desarrollan oficios de artesanía tradicional, siendo en algunos casos, las últimas generaciones a nivel etario, que ejercen un oficio, como el caso de las trenzadoras y los chupalleros de Paredones, los talabarteros y los artesanos en cacho de buey, entre otros.

Históricamente, muchos de los oficios artesanales que se desarrollan en la región de O’Higgins, surgen y están fuertemente relacionados al mundo campesino y de la agricultura. Hoy, son parte del patrimonio cultural de la zona y deben ser reconocidas como tales.

La zona de Colchagua posee una rica tradición artesanal, heredada de su cultura mestiza, producto de la fuerte influencia de la colonización española y la tradición de los pueblos originarios que la habitaron (mapuches y picunches). Ligada a su carácter agrícola, la artesanía en la zona surge como actividad complementaria y anexa a las labores del campo. Ejemplo de esto es la creación de numerosos objetos que originalmente se utilizaban en trabajos agrícolas, como el “canasto papero”, que a inicios del siglo XX se constituye en una unidad de medida para el intercambio y la venta de papas. Hoy, debido a la influencia y los avances tecnológicos, estos utensilios cumplen otros fines utilitarios, ya no como herramientas de o para el trabajo, sino como elementos de uso cotidiano y decorativo. Es por eso que el contexto de uso de ellos se amplía y diversifica,  bajo esa mirada consideramos que es importante direccionar y apoyar la creación artesanal, que muchas veces, por su carga histórica, no son valorados en sus lugares de origen y, por lo mismo, no es deseable el oficio de ser artesano/a, con la consiguiente pérdida de conocimientos y tradiciones que ello implica.

El Nodo pretende generar una serie de acciones  y productos que permitan integrar a la artesanía con el desarrollo del enoturismo, además de difundir a través de piezas de arte, la raíz cultural de la zona de Colchagua.

 

 

 

 

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